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martes, 27 de noviembre de 2007

La Estrategia de Calderón; primer año de gobierno

Felipe Calderón asumió la presidencia a costa de un proyecto de país legítimo y necesario. Los reclamos y la frustración ahogada de un sector importante de la población mexicana, producto del resultado electoral colocó al triunfador en una encrucijada: por un lado, el triunfo de un proyecto que se podría definir como el "continuismo" al proyecto foxista; y por otro, la asimilación de un proyecto completamente antagónico de izquierda, que no ganó de facto pero que cuenta con el respaldo de 15 millones de votantes.

Esta situación obliga al Presidente a retomar puntos neurales del proyecto de izquierda y compaginarlo (en la medida de lo posible). La adopción de estos puntos trae consecuencias de gran importancia al sexenio y son complementarias.

1. Atender problemáticas de fondo del país.

2. Legitimidad a su mandato; y por tanto

3. Desarticular el discurso corrosivo de un sector importante de la izquierda

Estas tres características sitúan al Presidente en una situación inmejorable para vestir su mandato con acciones y obras importantes a lo ojos de la ciudadanía y sobre todo, perdurables en el tiempo que le permitirían ganar confianza de cara a la sucesión presidencial del 2012. Si Fox contó en su momento con una coyuntura política inmejorable (incentivado por la imagen del cambio y lo contundente de su victoria en el 2000) para llevar a cabo un proyecto de gobierno que no se desvaneciera con el tiempo, Calderón cuenta con una oportunidad similar en términos de la urgencia de los cambios y la necesidad manifiesta de encontrar la gobernabilidad que le permita legitimarse. Los incentivos de Fox eran positivos, los de Calderón, por el contrario, son negativos.


Para aprovechar el momento que el país vive, el Presidente debe tener en claro varias cosas: en primer lugar, las prioridades de la gente; en segundo, las necesidades inmediatas y mediatas del país en términos de reformas y cambios estructurales; y finalmente el llamado timing indispensable en política, mismo que para Felipe resultará fundamental.

El factor timing es fundamental. Para ello, es importante diseccionar en el tiempo los 6 años de gobierno. Hay dos periodos fundamentales: los primeros tres años y los últimos tres, estos períodos están relacionados con la duración de los Diputados. Los primeros tres años son fundamentales para conseguir una gobernabilidad aceptable con el Congreso en los últimos tres años. La razón es sencilla, es en este momento cuando el Presidente debe aprovechar el importante número de legisladores que cuenta en ambas Cámaras para sacar reformas importantes que le permitan posicionarse positivamente con el electorado de cara al 2009 cuando se renueve la mitad del Congreso. Por este motivo, gran parte del éxito en el sexenio de Calderón depende de lo que logre en los primeros 3 años y si somos rigurosos en los primeros 2, ya que el tercero el Congreso entrará en proceso de renovación y dejará en segundo lugar los asuntos que le competen.

Retomando este hilo de ideas, es importante clarificar cada uno de los puntos expuestos unas líneas arriba. El primero, ligado a las prioridades de la gente atiende a políticas que tienen que ver principalmente con 3 cosas: Empleo, Mejora económica y Seguridad. En este rubro el Presidente ha centrado sus esfuerzos en el primer año de gobierno. Las encuestas sostienen que ha hecho las cosas de manera aceptable puesto que su aprobación ha pasado de 59% a 65% desde que asumió el cargo Estas acciones le han permitido ganar tiempo para negociar con la oposición y generar capital político para los proyectos que vengan el próximo año. (Ver el artículo "la legitimidad del Ilegítimo"). Sin embargo, las acciones de este primer año pueden resultar contraproducente en el mediano plazo si no se controla y rediseñan políticas como la salida del ejército a cumplir labores de seguridad pública porque en el fondo no se soluciona el problema de corrupción de la polícia y por el otro se arriesga a contaminar a una institución tan importante como el ejército. El incremento en el precios de las gasolinas traerá un costo inherente el próximo año que entre en vigor y habrá que renovar con nuevas acciones la aprobación.

Retomando lo del timing , es necesario pasar al segundo punto: las necesidades mediatas del país. Entendidas éstas como reformas que el país necesita en distintos rubros, principalmente el economíco para sentar bases de un mayor crecimiento y eventual desarrollo. Las asignaturas pendientes son: monopolios y competencia, reforma laboral y sistema de pensiones, reforma energética. En ese orden de importancia. Ya se han logrado sacar reformas importantes, la que tiene que ver con el ISSSTE y la Fiscal que crea la IETU, sin embargo, no son suficientes para lograr los niveles de crecimiento que el país necesita para atraer inversión, generar empresas internas y por tanto crear empleos. Sobre los monopolios y competencia es tiempo de que el Presidente asuma su responsabilidad como Jefe del Estado mexicano y fomente una regulación que limite el accionar de los monopolios del país, principalmente dos: Telefonía y Medios de Comunicación. Sobre el primero debe aprovechar la coyuntura de la serie de demandas interpuestas contra Telmex por parte de la empresa española Telefónica. Es innegable que el Telmex y sus filiales (Telcel) ejercen prácticas monopólicas desleales y la oleada de fallos judiciales en beneficio de la democracia es indudable (ley televisa y recientemente el caso Mario Marín), por lo que debe hacerse valer el estado de derecho en materia económica y limitar o tomar medidas contra estas prácticas, no solo de Telmex sino de toda aquella empresa que no permita la libre y justa competencia (Televisa, TV Azteca, Cemex, etc.). Sobre las reformas en materia laboral y energética es importante contar con dos elementos: aumentar el respaldo popular e incrementar por ende la capacidad negociadora del gobierno. Al respecto hay una lectura importante: para crear una buena ley hay que aplicar la ley. Esto quiere decir que Calderón debe proyectar la imagen de ser un Presidente de Leyes, para ello debe apoyarse de sus acciones contra la delincuencia, pero debe mostrar algo más. Mi propuesta es ir (en caso de que verdaderamente sean culpables, cosa que parece no muy dificil de probar) contra los hijos de la ex primera dama, Martha Sahagún. Esta acción tiene un efecto doble, por un lado se gana ante la opinión pública la imagen de un gobierno que trabaja y cumple la ley, y por otro, desarma a la oposición en ese tema, en suma, gana capital político para reformas importantes sin tocar a peces gordos de la oposición (léase Mario Marín o Ulises Ruiz) que mermaría el ánimo negociador del PRI, pieza clave para posibles reformas. Ir contra los Bribiesca abona al gobierno calderonista y neutraliza, en combinación con el liderazgo de César Nava, la disidencia dentro del Partido Acción Nacional.

Aprovechar el momento político por el que atraviesa el gobierno es indispensable para posicionar tanto a Felipe como a su partido de cara a las elecciones intermedias del 2009. Actualmente el PAN es la primera minoría en ambas cámaras lo que le otorga un mayor margen de maniobra. En 2009 es muy probable que la actual configuración PAN-PRD-PRI cambie dependiendo de las acciones del gobierno y la posición antisistema del PRD y el Frente Amplio Progresista. Un buen escenario para el Presidente sería mantener la primera minoría PAN-PRI-PRD, por el contrario, si Calderón no logra en 2008 aumentar su capital político con algunas de las acciones antes descritas, es posible que el PAN sea relegado a la segunda minoría para quedar PRI-PAN-PRD. Como es de observarse, el día de hoy, 27 de noviembre de 2007 no contemplo para el PRD otra cosa que terminar marginado por el enorme desgaste que ha sufrido el partido gracias a su ex candidato presidencial y su discurso radical. Sin embargo, no descarto que el PRD pueda regresar con fuerza renovada para el 2012 y pelear la Presidencia.

El retorno del PRD como candidato serio para el período presidencial 2012 - 2018 depende enteramente del papel de Calderón y lo que logre hacer en el 2008, año crucial para las aspiraciones de Acción Nacional para esta fecha, pero sobre todo, para el desarrollo de México. Lo ideal sería establecer un gobierno de coalición para la segunda mitad del sexenio con el PRI, darle juego político y al mismo tiempo, lograr perfeccionar las ReformaS del Estado y el manejo adecuado de políticas de desarrollo con visión de largo plazo.

La estrategia de Calderón es, en suma, valerse de lo iniciado ya en este primer año de gobierno y usarlo como capital para generar la dinámica de cambio que el país necesita para los próximos años. Estas acciones redituan de manera positiva tanto en México, como en el Presidente como en su partido. Aprovechar la dinámica y acción de los Poderes Federales parece por primera vez en la historia moderna del país dar visos de algo usual en países avanzados, un sistema de Pesos y Contrapesos que permitan generar bienestar al país sin recurrir a las excentricidades de las personas que gobiernan. La estrategia de Calderón tiene como fin último generar y fomentar el desarrollo, en un marco de leyes.

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