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miércoles, 28 de mayo de 2008

Apología del Cinismo


Los primeros días de mayo, tal vez 3 o 4, mi señor padre llegó a la casa con periódico en mano cuya primera plana tenía semejante foto de Carlos Salinas de Gortari, una de ocho columnas.¿Otra vez? Seguro uno de sus tantos “reloades”, pensé. En efecto, Salinas anunciaba la publicación de su nuevo libro “La Década Perdida”.

No pude resistir la tentación y leí el prólogo.

La Década Perdida abarca el periodo de 1995 al 2006 (sí ya se que son más de 10 años, pero Carlos dice que es LA década y LA será- recordando este viejo chiste en el que el Presidente de la República pregunta qué hora es y se le responde “la hora que usted diga Sr. Presidente”). En fin este periodo en sus palabras representa la paralización del país, un freno en la modernización de México marcado por una crisis de magnitudes mayores a la ruina económica y social que se vivió después de la Revolución Mexicana.

Para Salinas representa la debilitación democrática, el retroceso del desarrollo social (cancelación del Programa Solidaridad), la oportunidad perdida de convertirnos en un país desarrollado. En pocas palabras representa el derrumbe de todo lo que el había construido en su sexenio marcado en sus inicios por dudas electorales, la caída del sistema y la legitimidad forzada por el “Quinazo”.

Critica duramente el sistema neoliberal, desmarcándose implícitamente del mismo, con igual rigidez descalifica el populismo autoritario consolidado en el gobierno de López Obrador, y culpa a ambas corrientes de la crisis social ocurrida durante estos once años.” …tanto los neoliberales como los populistas destruyeron estructuras económicas y sociales cuya edificación había requerido mucho esfuerzo, para construir totalmente de nuevo, como si no tuviéramos pasado”. Destruyeron todo lo que el había hecho.

El cinismo con el descalifica el sistema neoliberal, del cual el fue el motor, es impresionante, el manejo de discurso es impecable. Debo confesar que coincido con mucho de lo expuesto en el prólogo, me resulta inconcebible que Salinas lo haya escrito. Escribe como observador, crítica sin asumir responsabilidad alguna, previo a 1995 (entiéndase el periodo de 1988 a 1994) todo se hizo bien, Zedillo, Fox y AMLO son los culpables absolutos de la crisis.

Critica los abusos desde el mercado bajo el neoliberalismo y califica de estereotipo la divulgación de que con él empezó la ola neoliberal “en realidad el dogma neoliberal se introdujo en México a partir de 1995, cuando convirtieron en doctrina las medidas del Consenso de Washington”. Algunas de las consecuencias de este sistema: la migración masiva a USA, nuestro “crecimiento económico 0”, el atropello al régimen de libertades, el debilitamiento del Estado de Derecho (inseguridad y a la creciente fuerza del narco) y la incapacidad de reducir la pobreza. Pero Salinas no tuvo NADA que ver con esto.

Frente al neoliberalismo surgió el populismo autoritario ejercido desde el Gobierno de la Ciudad de México entre 2000 y 2006. Símbolo de la restauración de las viejas filas del PRI, Salinas bien dice que esta corriente ha promovido la polarización al interior de su partido y a lo largo de la nación. Coincido. Menciona también que no todo el PRD está manchado, hay también un ala de dirigentes y militantes comprometidos con una verdadera alternativa progresista que sostienen principios de soberanía, justicia, libertad y democracia. Así como discurso, coincido también.

En lo que no coincido es en la estigmatización de la situación tanto de Zedillo como Fox (y ninguno de los dos son santos de mi devoción), en su bendición a Ebrard, en la condena al avance democrático (que aunque ha sido torpe no podemos negar que la transición ha contribuido a la democratización mexicana).

No coincido en su cinismo descarado, en su salida y aparición en medios nacionales cuando el dice y como el manda, no coincido en su “me hago wey” como si antes de 1995 no hubiera pasado nada, dejando de lado la insurrección zapatista, la crisis económica de 1994, el asesinato de Colosio, las mañas de sus hermanos, el chupacabras, la política ficción, la mano que mece la cuna y hasta eso de que tiembla cada que regresa a México.

El apellido Salinas es por sí mismo un icono de poder, es de admirarse su estructura mental perfectamente bien cimentada, su agilidad para esquivar los obstáculos y librar todo aquello que lo daña, su habilidad para darle el “spin” a cualquier situación.

Me resulta sorprendente su capacidad de reinventarse, de resucitar de ser generador y protagonista de la Agenda Pública cuando y donde el quiera. Ahora ya tiene hasta su propia columna en el Reforma, en la que este lunes dio su versión del asesinato del Cardenal Posadas Ocampo ocurrido en 1993.

Sin duda Carlos Salinas de Gortari es un personaje con un potencial tremendo, inteligente, un estadista, lástima que esté en el Dark Side of the Force.

miércoles, 21 de mayo de 2008

Una eleccion de razas?



Washington, D.C. es sin duda la capital del poder occidental, el centro de poder de grandes instituciones, donde convergen importantes fuerzas politicas, economicas, sociales... una ciudad construida en simbolos imponentes que se reflejan en cada rincon que pisas.

Llevo dos meses en esta ciudad y en este breve tiempo he podido ser testigo de la carrera agotadora hacia la presidencia. Ha sido un largo trayecto y eso que apenas se estan definiendo quienes seran los candidatos presidenciales. Sin lugar a dudas, el foco se ha centrado en el Partido Democrata por lo controversial que resultan sus candidatos (una mujer y un hombre negro...de color, afroamericano, mulato -lo que cada quien prefiera como politicamente correcto) y por la poca credibilidad que ahora ataca al Partido Republicano, consecuencia del gobierno de Bush.

Ha sido una eleccion larga y en mi opinion, cansada para la sociedad. Tantos debates, tantas referencias al 'cambio', al error que implica la guerra en 'Iraq', a los precios del petroleo, y sobretodo, a los dimes y diretes entre lo que cada candidato dijo o hizo como senador. Retorica y mas retorica. Pero aun asi, en el aire de DC se respira el voto por Obama, si caminas en las calles puedes ver mas pancartas y estampas en apoyo a Obama que a Clinton.

Un factor importante, DC es el estado con mayor poblacion Afro-americana y aun cuando Obama es de padre negro y madre blanca (por mas racistas que se escuchen estos terminos), la eleccion se perfile en el fondo, como un asunto racial. Si, es cierto que varios de los que apoyan a Obama ven en el un lider carismatico, con mejor imagen internacional y capaz de regresar la buena imagen y reputacion al pais. Pero tambien es cierto, que en el se identifican quienes durante mucho tiempo se han sentido relegados y/o discriminados, sin las mismas oportunidades de vida, y fuera de la atencion de los gobernantes. Y si existe duda al respecto, bastara ver como se deciden las elecciones en el mes de noviembre.

Algunos hablan sobre el desgaste que ha sufrido el Partido Democrata, consecuencia de la larga batalla entre candidatos. Dicho desgaste dicen algunos, les costara la presidencia del pais pensando en el supuesto que Obama gane las primarias. Si es asi, quienes apoyaban a Clinton, retirarian su apoyo a Obama influenciados por cuestiones raciales. De ser asi, esto daria la victoria al ya candidato presidencial, John Mcain.

Por otro lado, ante el avance de Obama y la insistencia de Clinton por seguir en la contienda, surge otra hipotesis. Dado que Obama se perfila como ganador de las primarias, Clinton empieza a tener problemas economicos pues se ha endeudado de manera considerable para financiar su campana. Esto le sirve como arma para negociar con Obama la candidatura compartida, en la que Clinton vaya por la vicepresidencia. De esta forma, podrian reducir el riesgo de ahuyentar simpatizantes y por el contrario, mostrar que el Partido Democrata no esta debilitado y que es capaz de gobernar.

Si esto se da, seria un momento historico y polemico, con reflectores dirigidos en el transcurso del siguiente periodo presidencial. Seguramente el asunto racial seguiria presente sin embargo, la urgencia de la sociedad estadounidense por recuperar la fuerza que sabe esta perdiendo, pondria la mira en el gobierno para exigir el cambio que tanto han prometido ambos candidatos (por mas ambigua que sea la palabra)

jueves, 15 de mayo de 2008

Apatía hacia el debate de la Reforma Energética


hace unos días, El Universal publicó unas fotos de la carpa que instaló el FAP en la Alemeda central con capacidad para más de 600 personas, de las cuales asistieron un cifra cercana a 40 personas.


Esta foto es reflejo fiel de la apatía que existe en torno a la discusión petrolera. Más allá de algunos círculos sociales, y de discusión nacional, la realidad es que es un tema que no concierne a la ciudadanía. La razón obedece a la complejidad discursiva y técnica que impera en todas las discusiones, aunado, adicionalmente a la nula percepción que se tiene de las utilidades petroleras.


También podrías incluir en el análisis variables como elección racional y el costo que representa asistir a debates donde la influencia es mínima es alto. O bien podemoes recurrir a explicar el fenómeno desde la óptica de la cultura política y su escaso nivel en nuestro país, reflejado en la poca participación.


El debate energético polariza a la población y se vuelve una lucha de posturas antagónicas donde no hay más que privatizar y no privatizar. Todos los ramales que se desprenden de estas dos posturas irreconciliables entre sí vienen a dar vida a una serie de argumentos metafísicos y poco comprensibles para la gente en general, tal es el caso de la tan cuestionada "Soberanía Nacional". Esto, perdón, no es debate.



Pero más allá de explicar en demasía cualquiera de estas cosas simplemente me comentaré a decir que la gente no participa porque no tiene los incentivos para hacerlo, tiene la percepción de un país estancado, una clase política corrupta y veniflúa que dirige los debates, y la idea de que Pemex es de los mexicanos, al menos en el papel, porque salvo Romero Deschamps y su reloj de medio millón de pesos, al resto no le queda mucha idea qué pasa con ese patrimonio nacional. En el país no hay debate, hay ruido partidario.


La ausencia de líderes con altura moral para hablar a la Nación y ordenar con su liderazgo las acciones es más que evidente. De hecho es aquí cuando parece que México tiene en Calderón un Jefe de Gobierno, pero no tiene un Jefe de Estado.


En suma, el problema de este país en los últimos años es que aunque en la ley dice que tenemos un Jefe de Estado, en la realidad esto es letra muerta.

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