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martes, 13 de marzo de 2007

Todo México es territorio Slim

Sea usted bienvenido al reinado de Carlos Slim. El tercer hombre más rico aquí en la tierra como en el cielo. Actualmente acumula una riqueza de 49 mil millones de dólares, no sólo en la cartera sino en bienes, inmuebles y empresas. Lo separan tan sólo 7 mil milloncitos de dólares del ya acostumbrado número uno en riqueza, Bill Gates. Seguramente nuestro empresario mexicano será el number one en un par de años. Tal vez eso lo llene de orgullo, pero yo no estoy segura de sentirme orgullosa de tan obscena riqueza frente a mis ojos, cuando existen 30 millones de mexicanos que viven con 25 pesos diarios, más otros 30 millones, que viven con el salario mínimo.

Un enjuiciamiento a Slim por la enorme acumulación de riqueza que ha generado en 10 años (la ha multiplicado en 8), no valdría la pena, por ahora. Finalmente es un empresario perspicaz que ha sabido manejarse en países con paraísos fiscales y sin reglamentaciones comerciales que prohíban las prácticas monopólicas. Reprochable es, que este tipo de empresarios compren la competencia, no permitiendo que empresarios pequeños se desarrollen, controlando el nivel competitivo de sus productos. Si ellos deciden vendernos basura - y cara - eso tenemos, eso consumimos, la política económica en México, lo permite.

Es curioso cómo criticamos el pasado mexicano, cuando nuestra economía estaba nacionalizada y que nada más había un tipo de productos. ¿Cuál es la diferencia ahora? Si los mismos empresarios tienen abarcados toda la gama de productos, pero con diferente nombre, al final del día, las monedas van para el mismo bolsillo. Y lo peor es que van al triple de precio en comparación con otros países más desarrollados.

Si se trata de encontrar culpables, los tenemos, ya los conocemos; son todos aquellos políticos que no han podido encarárseles a dichos empresarios, a Slim. ¿Quién va a ir con Slim a decirle que deje de estar haciendo prácticas monopólicas? Quién se atreve, si el señor está dando miles de empleos y tiene cientos de negocios con el gobierno (sus líneas telefónicas, por mencionar algo simple).

Nosotros estamos desarmados frente a la evidente extorsión que tienen esas empresas sobre nosotros. Los monopolios no son tan graves mientras sean temporales, se crea un nuevo producto, acaparan un mercado, pero no limitan a la competencia mientras ésta trata de superarse y ofrecer diversidad. Pero cuando se hacen permanentes, no hay posibilidades ni de que éstos mejoren sus propios productos, ni que otros crezcan. La única vía para cambiarlo es prohibirles que sigan ese comportamiento comercial, ya sea a través de la Ley de Competencia, o un cambio de fondo, estructural de nuestra política económica neoliberal, que por lo visto, eso no va a pasar. Insisto. ¿Quién se atreve a decirle a Slim que el sistema por el que se hizo el tercer hombre más rico, debe empezarlo por derrumbarlo él mismo?

2 comentarios:

Unknown dijo...

En efecto, los monopolios en el país son un factor de desigualdad, concentración de riqueza, pero sobre todo de precios altos y calidad insuficiente. Una de las ventajas de la libre competencia es el mejoramiento de la oferta, la reducción de precio y la constante mejora de calidad siempre en pro del consumidor. En México estamos lejos de que esto suceda en muchos sectores.

El caso Slim resulta por demás ilustrativa, el señor tiene acaparado el sector de las comunicaciones en el país, haciendo que la competencia tenga que pagarle tributo porque la infraestructura telefónica es de él (que buen regalo del expresidente Salinas), porque es alquilarle la infraestructura o poner una nueva, algunos lo han intentando pero está un poco complicado poner toda una infraestructura nueva paralela al imperio Slim.

El problema quizá más allá de la acaparación de los bienes de producción (retomando algunos elmentos teóricos de antaño), es el hecho de que el Estado, supuesto rector de estas prácticas no tenga la capacidad o la intención (o las dos) de hacer frente a este hecho tan delesnable a los ojos del libre mercado y la competencia abierta. Pero no sólo está el hecho de que el Estado se muestra inoperante, sino también se muestra servil ante los intereses del señor. Para caso concreto, la afamada Ley Televisa podría llamarse también Ley Telmex, ya que este último tiene pensado incursionar en esto de la llamada convergencia tecnológica donde un proveedor puede brindar, telefonía, internet y televisión bajo un mismo esquema. Adivinen entonces quíen es el ganón en todo esto, si actualmente ya está el proyecto en gestación llamado Prodigy Media. Con la aprobación de la Ley de Medios se pone en bandeja de plata la acaparación de estos productos una vez más en las manos de los que más tienen en una actitud de total servilismo de parte del Congreso mexicano sin mencionar la actitud regalista y sin escrúpulos del ex presidente (gracias a Dios) Vicente Fox.

Afortunadamente existe una controversia constitucional en la Corte contra esta Ley a todas luces ilegal, cínica y entreguista.

La Corte tiene la oportunidad de hacer valer el poder del Estado Mexicano, o lo que queda de él, y mandar un mensaje a todos los sectores del país de que hay ley, de que hay instituciones y que nadie ni nada va a estar por encima del Estado, ni siquiera Slim, Azcarraga y Salinas.

Es toda una discusión, que tiene que retomarse, y que sin duda es un tema que el actual presidente Calderón tendrá que considerar dentro de su agenda de gobierno. El papel de los monopolios. Esperemos que sus esfuerzos contra el crimen organizado se extiendan también a lo que su principal opositor llamaría las "mafias de cuello blanco", haciendo alusión a esos grupos de poder que se han colocado por encima de los intereses nacionales postrando a las instituciones y actores políticos a sus deseos. No debe ser así.

Saludos.

Tona dijo...

Guera, lamento decirte que tu artículo ha quedado en la obsolencia en muy poco tiempo.

Desde el 29 de marzo, Slim ya es el segundo hombre más rico del mundo. ¿Increíble no?

Si buena parte de los negocios de Carlitos están entre México y Estados Unidos ¿no suena un poco extraño que Slim continúe elevando sus transacciones, mientras EU y México sufren desaceleraciones?

Eso quiere decir que hay factores que desvirtúan la economía. Huele a monopolios. No. Apesta.

Y Slim es el rey de uno de los monopolios más grandes del mundo. Se llama Telmex. Se lo regaló su tocayo. Y a ver quién es el machito que se lo quita.

Les paso la nota entera, publicada hoy en EL UNIVERSAL.
http://www.eluniversal.com.mx/notas/417951.html

(léase bien que nuestro compatriota está muy cerca ya, de Bill Gates...viva México!!!)

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