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sábado, 18 de agosto de 2007

Mi partido….

El PRD está en la coyuntura más grande de sus juveniles 18 años. Cierto, tiene la mayoría de edad pero sigue comportándose como la rebeldía absurda de un adolescente.

Todo comenzó después de la campaña del 88. Yo apenas lo recuerdo. Cárdenas derrotado. Derrotada la democracia. Derrotado el sistema político. Derrotados los mexicanos.

Había esperanza. La votación obtenida por Cárdenas (aún con la simulación) estimulaba las mentes de los intelectuales y de los renegados. El país despertaba y odiaba a su pesadilla de los setenta años.

Se pensó en un partido horizontal, que trabajará con expresiones ciudadanas, se pensó en un partido con una clara definición social, laico defensor del Estado, impulsor de las reformas necesarias para transformar al país, se pensó en ganar elecciones y construir acuerdos. Se pensó en lo inimaginable.

Pero con la lucha llegó el poder, la intransigencia y la ambición. En torno a los Cárdenas se cerró el círculo, hasta que el líder cayó y nació otro rey…

No estamos divididos dice Jesús Ortega. No estamos divididos dice Andrés Manuel. No estamos divididos dice la voz de René Bejarano, disfrazado en Dolores Padierna.

Pero cuando vives en las entrañas del PRD, te das cuenta que el gigante está vacío y casi muerto.

Todo se reduce a posiciones de poder. Distribución de espacios políticos derivados de arreglos. “Acuerdo mata estatuto”, dice un viejo adagio. “No hay peor enemigo de un perredista que otro perredista”. “No hay tribus, somos corrientes”…

Cualquier cosa puede pasar cuando no hay convicciones, cuando no hay principio, cuando no hay ética.

El gran tótem ha sido convocado y los caudillos se inclinan ante él. Todos preparan sus armas. La guerra apenas comienza y el enemigo no es el PAN.

El enemigo son las ofensas históricas que no hemos podido superar, es la demagogia post universitaria, el odio de clase, la poca educación cívica y política, la falta de humildad y las dos elecciones perdidas, las posiciones radicales y el comunismo pasado de moda. El enemigo es nula democracia en un partido carismático.

Pase lo que pase, la izquierda saldrá perdiendo. Habremos perdido la oportunidad de ser la oposición que México necesita. Seremos por siempre el partido que casi fue….

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