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lunes, 23 de abril de 2007

Piratería y otros problemas.



La piratería entendida como la reproducción y comercialización ilegal de programas informáticos, música, video y otros artículos, es uno de los mayores problemas que aquejan a las empresas y al mismo Estado. Sin embargo, es un problema cuyas implicaciones traspasan la frontera de lo privado y se instalan en lo público como un problema de gobierno en términos de fiscalización.

La adopción de distintas ópticas para abordar el problema hace suponer que el problema de la piratería es tiene un enfoque multifactorial en sus orígenes. Brindar cifras acerca de las pérdidas en millones de dólares resulta frívolo en el marco de las realidades nacionales de aquellos países donde la piratería en general ocupa cifras importantes de pérdidas para las empresas.

En el caso mexicano, por ejemplo, las pérdidas económicas por el uso ilegal de software ascienden a 525 millones de dólares al año según Jorge Amigo Castañeda, presidente del Instituto Mexicano de la Propiedad Industrial. Por su parte, la empresa Business Software Alliance (BSA) asegura que México se ubica en el onceavo lugar en la región de América Latina por el uso ilegal de programas informáticos.

En un estudio realizado por la BSA se asegura que una reducción de 10 puntos porcentuales de los 65 que actualmente ocupa la tasa de piratería informática en el país, contribuiría con dos mil 700 millones de dólares a la economía nacional y la creación de siete mil nuevos empleos formales.


Más allá de las cifras que han variado con el tiempo y que en el caso mexicano actualmente se encuentra en 65% según cifras oficiales. Los efectos de la piratería más allá de los problemas enlistados, éstos deben ser explicados y entendidos en el contexto nacional a fin de no caer en análisis simplistas o condenas injustificadas.


Es una realidad que el comercio ilegal de software tiene efectos en la innovación y desarrollo de nuevos productos, en la investigación, en la creación de empleos y en general el ritmo de crecimiento. Sin embargo esto es marginal; estos efectos son netamente hipotéticos en términos que salvo en las cuestiones que impactan al Estado directamente como es la evasión fiscal, la investigación y desarrollo de tecnologías no frena por la piratería ya que éstas empresas desarrollan productos informáticos de avanzada en sus países de origen, en aquellos donde el marco regulatorio les permiten tener ganancias estratosféricas.

Bastaría con ver la fortuna personal de Bill Gates para preguntarse si en efecto, Microsoft está perdiendo las cantidades de dinero necesarias para dejar de desarrollar más y mejor software. En realidad no ocurre de esta manera, la palabra pérdidas en piratería en realidad quiere decir, exagerando un poco “unos dólares menos en las ganancias millonarias”

El discurso está centrado en las pérdidas de las empresas traducidas en pérdidas para el país. Si bien es cierto, ésto último está más aparejado a la necesidad de las empresas de involucrar a los sistemas de justicia del país en su lucha contra la piratería.

Para México, según datos del Instituto para la Protección Privada de la Propiedad Intelectual y el comercio Legal (IPPIC), las ganancias del mercado ilegal en su conjunto ascienden a 20 puntos del PIB nacional cifra estratosférica si consideramos que el Estado Mexicano recauda 11 puntos por impuestos para cumplir con sus obligaciones gubernamentales.


Ante estas cifras y las declaraciones de las corporaciones no queda más que preguntarse qué ha pasado en México que fomentó el crecimiento del mercado informal a tales escalas.

En primer lugar hay que hacer mención a la responsabilidad del Estado en la problemática. Como es bien sabido una de las políticas económicas de los últimos años se ha basado en el control de la inflación dando como resultado la fijación de salarios verdaderamente ínfimos en términos de la producción nacional. ¿Qué se quiere decir con esto? Que unos cuantos acumulan la mayor parte de la riqueza nacional, mientras que el grueso de la población recibe en promedio 6 mil dólares anuales.

Este control de salarios es lo que ha fomentado por su parte que grandes empresas trasnacionales ingresen al país a brindar empleos basados en esta línea de ingreso, produciendo productos o servicios que son inalcanzables al poder adquisitivo del grueso de la población.

Por otra parte, la política fiscal de los gobiernos mexicanos de los últimos años ha fomentando la evasión a gran escala, otorgando prebendas a las empresas al grado de que hoy en día según cifras de la comisión de la Cámara de Diputados, las personas físicas, aportan un porcentaje mayor al erario público que las empresas morales, es decir, que las empresas.

¿Qué ocasiona los problemas de recaudación? Esencialmente que el Estado no pueda cumplir con sus obligaciones básicas como es el caso de la seguridad y la educación de la población, desalentando la inversión de capitales extranjeros ante la incertidumbre y el escaso cumplimiento de la ley.

Al no haber inversión ni crecimiento de la economía, las personas tienen que buscar la forma de subsistir o mejorar su calidad de vida dedicándose a actividades al margen de la ley, como es el caso de la piratería.

¿Cómo se puede pretender que los mexicanos que ganan en promedio 5 mil pesos mensuales gasten todo el ingreso de un mes en una copia certificada de Microsoft Office?

Evidentemente los precios del software se encuentran por los cielos en este país. Si en efecto, hubiera la posibilidad de erradicar de golpe con la piratería, solo un 10% de la población, es decir, alrededor de 10 millones de mexicanos tendrían la posibilidad real de adquirir una copia certificada, lo cual generaría inmediatamente un mayor retraso tecnológico del que ya existe.


Las empresas de software no están en condición de exigir a la población mexicana que adquiera siempre software legal ya que es prácticamente imposible dado el ingreso nacional que un mexicano promedio pueda costearlo.

La solución natural sería por su puesto, que México entrara al grupo de países que otorga sueldos competitivos. Si esto ocurriera la piratería sería el menor de los males, otros de mayor complejidad y gravedad como la migración se verían mitigados o sustancialmente reducidos. La realidad es que no es posible terminar de la noche con este problema.

En países desarrollados donde el ingreso per cápita es superior a los 27 mil dólares anuales contrastados con los 6 mil de México es de esperarse que la población se encuentre en condiciones de comprar programas informáticos originales. Sin embargo, muchas de las empresas que desarrollan tecnologías en sus países de origen olvidan que se expanden en economías de desarrollo motivados principalmente por incentivos fiscales y mano de obra barata que fomenta el círculo vicioso del que hemos venido hablando.


Mucho se dice de las pérdidas fiscales del gobierno por la piratería, sin embargo, la realidad es que el extinguir la piratería no es sinónimo de comprar un producto original con la respectiva tasa impositiva. Esto sería lo mismo que suponer que terminar con la piratería es sinónimo de que los mexicanos ganen de facto 20 mil dólares anuales

El problema de piratería es un problema no de origen sino es un problema que ha surgido a consecuencia de otro tipo de problemáticas de carácter económico y político.


Sin embargo, no todo es malo en la pirataría. Esta ha logrado romperla brecha entre dos mundos, entre los aquellos cuyo poder adquisitivo es alto, y aquellos que por su condición económica no serían capaz nunca de tener programas informáticos o acceso a productos que en versión original escapan por completo a su bolsillo.

El verdadero problema de la piratería radica no en la piratería en sí, sino en todas las condiciones sociales y políticas que dan como resultado un nivel racaudatorio escaso por parte del gobierno con todas sus consecuencias, y a la política económica implementada por los gobiernos neoliberales de los últimos años que en su afán por mantener cifras macroeconómicas estables han sacrificado la economía de las familias pulverizando cada día más el ya de por sí escaso ingreso.

La mejor lucha contra la piratería comienza por replantar el modelo económico, incentivar a las empresas a que paguen mejor a sus empleados y hacer las modificaciones a las leyes fiscales que permitan ingresar al mayor número de ciudadanos para que la economía pueda reactivarse en muchos sectores.

La creación de un pacto entre las empresas el gobierno debe ir encaminado en la premisa que si bien puede ser cuestionada desde el punto de vista moral, tiene visos de verdad; esto es que los pobres no son mercado, por ende, hay que incluirlos en el proceso económico formal con la finalidad de incentivar el consumo, la producción y el empleo.

Sin embargo, todas estas solucionen dependen de altos acuerdos políticos y económicos desde las élites que terminen por otorgar beneficios a todos, tanto al gobierno, como a las empresas, pero sobre todo, al mexicano en general a través del mejoramiento sustantivo de su calidad de vida. Si bien es una óptica que pudiera resultar cuestionable, es lo más viable y menos costoso en el cual todo mundo mejora de manera sustantiva sus beneficios.

1 comentario:

Unknown dijo...

Industria audiovisual amenaza a México con sanciones si no reduce piratería

30 de Abril de 2007, 09:37am ET
MÉXICO, 30 Abr 2007 (AFP) -

La industria audiovisual pedirá al gobierno de Estados Unidos que aplique sanciones contra México si éste no reduce el comercio de películas y discos piratas, advirtió el director en América Latina de la Federación Internacional de Productores de Fonogramas y Videogramas, Raúl Vázquez.

"Queremos ver si el gobierno reacciona, que tome las medidas necesarias para combatir este delito, si no vemos que esto ocurra, vamos a pedir (sanciones económicas)", dijo Vázquez en declaraciones al diario Reforma publicadas este lunes.

Un estudio de la Asociación Mexicana de Productores de Fonogramas y Videogramas, difundido por el mismo periódico el pasado fin de semana, calculaba que en 2006 se habían vendido en este país más de 122 millones de discos piratas.

Estas cifras situaban a México como el tercer mercado del mundo de películas y videos apócrifos, por detrás de China y Rusia.

Como consecuencia, asegura dicha organización, la industria discográfica mexicana vio reducidas un 25,3% las unidades vendidas y un 12,9% sus ingresos durante el año pasado.

Calles enteras de la capital de México y de otras ciudades del país están llenas de vendedores ambulantes que comercializan libremente todo tipo de productos apócrifos, desde discos, DVDs, software y libros a ropas y calzado de marca.

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