Vivir soñando....

Y lo cierto es que hace semanas que no duermo del todo bien, pues me la vivo dando vueltas entre cobijas... y para ser honesto mi angustia no se debe en gran medida a los narco- homicidios, los malos sueldos, la inflación, el “gobierno legitimo", la despenalización del aborto, la discusión de la Corte respecto a la Ley de medios, la nueva Ley del ISSSTE, las brutalidades de Hugo Chávez, el Tri de Hugo que da más pena que alegría, sino a la insatisfacción de pensar que no existe tal efecto mariposa...

"Es lo evidente lo que nos hace sufrir" (Seneca), y resulta curioso darse cuenta que son los pequeños detalles que no terminan por redondearse los que nos pueden atrincherar por horas, pensando en las cosas que pudieron cambiar el sentido de nuestras vidas.

Confieso que a lo largo de 23 años me he esforzado por defender a capa y espada, cada una de mis decisiones, nunca he estado cerrado a la crítica y he reconocido, aunque con pesar, mis errores; pero tras algunas noches de insomnio, admito que en la soledad y amparado al silencio de la oscuridad, uno se puede convertir en su más duro critico, y puede transformar las noches de sueño en partidas de desvelo y divagaciones perpetúas, y todo, por no estar perfectamente seguro de haber hecho lo correcto, por no permitirse equivocaciones, por no entender que a fin de cuentas nadie es perfecto.

A medida que acumulas días en tu historial de vida, te vuelves cada vez más exigente contigo mismo, intentando comprar la fórmula del éxito, y todo para no equivocarse, y cuando caes… hay quienes como yo, que se devanan los sesos en ocasiones, soñando de día y pensando de noche… recordando las oportunidades que dejaste pasar y las rupturas que se prolongaron demasiado.

Y sí, mis noches de desvelo, se debieron en particular a cierta musa que se rehusaba a salir de mi vida, y digo musa, pues en verdad me inspiro a ser mejor por muchos momentos, aunque después me dejo sin alas y andando errante un rato, de verdad la quise, pero quizá hubiera sido mejor decir adiós en el momento oportuno y no divagar por las noches en las cosas que pudieron ser distintas, sino nos hubiésemos lastimado tanto…

Soñaba de día con ser feliz y no me daba la oportunidad de serlo, pues a fin de cuentas vivía como en trance, amarrado a la insensatez de no sentirme pleno, de no sentirme yo, ilusionado con la posibilidad de que las cosas podrían ser distintas, pero falto de determinación y de fuerza, pues en las noches no había descanso, en las noches no había sueño.

Hoy sentí el deseo de escribir, y quizá fue por el hecho de descubrir el amanecer dibujado en la ventana del autobús el lunes pasado, quizá fue el despertar del letargo tras meses de callada espera, saborear la dulzura de mis lágrimas, tal vez fue todo, quizá sólo fue una oleada de vida o la final aceptación de que no existe un efecto mariposa, que merezca cambiar el pasado, dejando de lado las enseñanzas adquiridas…

Lo único que sé, tras soñar esta noche, es que desperté siendo el hombre de sueños y anhelos que solía ser, capaz de sonreír por siempre, dibujando la felicidad a cada paso, y de vivir realizando cada sueño, ansioso de trascender y morir por ellos, más allá de un postrero arrepentimiento, desperté con ganas de amar la vida…