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viernes, 28 de diciembre de 2007

El Objeto del sujeto: Chávez (parte II)

“Si Dios aun existe es porque no hemos tenido el valor de volverlo a intentar”.
Ivan Leroy


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Y la Revolución Bolivariana llegó…

Si bien es cierto que
Hugo Chávez comenzó el cambio político económico y social desde su llegada a la presidencia, la realidad es que el fenómeno venezolano se ha fraguado con diversos materiales como la envidia y el rencor.

No es nuevo hablar sobre la voluntad de poder que soporta la naturaleza humana, sin embargo, es particularmente osado y pretencioso, incluso para el Chávez de aquel momento, acuñar a su revolución el término “nuevo socialismo”.

El nuevo socialismo se basa en los principios del libertador
Simón Bolívar y tiene como finalidad lograr la integración latinoamericana y pujar por un mundo multipolar.

¿Cuándo comenzó la Revolución Bolivariana?
El punto que suele emplearse como referencia es la Reforma Constitucional de 1999, misma que fue aprobada mediante un referéndum con un 70% sobre la oposición. También se recurre a julio del
2000, donde, ya con una nueva Constitución, se realizan las elecciones para "relegitimar todos los poderes". Chávez nuevamente gana con el 59,76% de los votos.

Yo prefiero utilizar como punto angular el momento en que el Centro Carter, que monitoreó las elecciones, publica un reporte donde claramente señala que “le resultó imposible validar los resultados oficiales del Consejo Nacional Electoral (el equivalente al IFE) debido a la falta de transparencia, la percepción de parcialidad en el proceso”. Aquel reporte también destacaba que la presión política del gobierno de Chávez generó un clima de hostilidad y una visión por parte del pueblo venezolano de estar viviendo unas elecciones adelantadas.

Pese a todo lo anterior, concluyeron que la elección presidencial era legítima porque no había elementos jurídicos (evidencias) que demostraran la influencia del presidente en las elecciones. Seguramente el precio del petróleo jugó un papel fundamental en la elaboración de dicha conclusión.

Por cierto, las listas y los votos de aquella elección no fueron secretos. Chávez tenía acceso a las boletas electorales y nombres de sus respectivos dueños.

Ahí comenzó la verdadera Revolución Bolivariana…

Con el cuestionamiento internacional sobre su presión política para conseguir la aprobación de su reforma constitucional y los ojos de Latinoamérica encima, Chávez echó mano de sus asesores cubanos (disculpen que me regrese un poco) y comenzó una lucha contra sus opositores.

La gente que votó en contra de la reforma fue perseguida por distintas vías. Chávez despidió a quienes ocupaban puestos en el gobierno y cuestionó cada acción de las compañías transnacionales que abiertamente habían cuestionado su modo de gobernar.

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Venezuela es, en muchos sentidos, un país de extremos. Desde los 40ºC a la sombra en Maracaibo a los -2ºC de Mérida, de sus bellas costas caribeñas a la sabana que pronto se convierte en selva. Desde la abundancia petrolera hasta la protección a las FARC en la frontera colombiana. Desde los increíbles impuestos a productos importados hasta los increíblemente bajos precios de la gasolina. Desde la radicalidad política de su gente (los opositores de Chávez no compran productos de color rojo: ropa, zapatos, carros, incluso labiales o barniz para uñas) hasta el culto a los concursos de belleza, que se atienden con toda la seriedad desde la primaria.

Así las cosas, no es de extrañar que un venezolano, llámese Hugo Chávez o Carlos Andrés Pérez, caiga en la trampa de la radicalidad. Uno con su nuevo socialismo, otro con su neoliberalismo latinoamericano.

El llamado Fenómeno Venezolano, no es en realidad más que natural para un país que tradicionalmente arrastra una lucha de poder ancestral. Contra españoles o contra portugueses; al igual que los mexicanos, los venezolanos no han superado ser un pueblo mestizo.

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“El sancocho se salió del perol” dicho venezolano

Chávez necesitaba un opositor, alguien que le diera reflectores, alguien que le permitiera mostrar su radicalidad pues en Venezuela ya nadie pesaba lo suficiente para completar el JING/JANG, insertado en el conciente colectivo de todo venezolano. No hubo que buscar mucho, pronto apareció Mr. Danger, George W. Bush, y las batallas ahora se librarían también fuera de Venezuela.

La primera discrepancia con EU surge de la aprobación de un Decreto Habilitante por parte del Congreso Venezolano, controlado por Chávez, que le brindaba poderes especiales al presidente para aprobar un conjunto de leyes, incluyendo la Ley de Tierras, similar a la Reforma Agraria mexicana en el más amplio de los sentidos, así como una nueva Ley de Hidrocarburos y la no menos controversial Ley de Pesca.

49 leyes fueron aprobadas, la oposición dirigida principalmente por la patronal más importante del país
Fedecámaras y la Confederación de Trabajadores de Venezuela (CTV), se concentran en luchar contra las tres leyes antes mencionadas, pero su lucha no tuvo el apoyo necesario y la batalla terminó muy pronto, no sin antes iniciar un contacto con los nuevos rivales de Chávez, EU y España.

"No se puede combatir el terror con más terror", dijo Chávez refiriéndose a los bombardeos de EU contra los pueblos Afganos. Palabras sin duda valiosas y valerosas si el vocero no fuera un presidente que envía francotiradores a las marchas de sus opositores o si no encarcelara a sus propios secretarios por fallar en las negociaciones con la CTV.

La historia sobre la guerra de declaraciones entre Chávez y el mismo Bush es de conocimiento general. Las piezas de este ajedrez regional se movieron como nunca antes, incluyendo a Noriega.

Innumerables anécdotas sobre las palabras de Chávez y sus adversarios en turno. Basta recordar el pleito de pésimo nivel retórico entre Fox y Chávez o su más reciente enfrentamiento con Zapatero (no mencionemos el grito del Rey). No es mi labor recordarlas todas, sería una labor extenuante. No sabría si acomodarlas en orden alfabético o cronológico.

Algunas cosas interesantes se han presentado recientemente. La propuesta de establecer el Eje Sudamericano (Venezuela-Bolivia-Brasil), o la idea de crear un banco sudamericano que, entre otras cosas, mediría el precio del petróleo en euros, son pasos que cambian la importancia de la región para los ojos del mundo.

¿Cuál es el objeto del sujeto? De este sujeto… de este hombre que tiene el mayor potencial energético de Sudamérica. Que explota los mantos de gas en Bolivia, previo acuerdo con Evo. Que con un pestañeo dejó de venderle luz a Perú, sabiendo que ellos no tienen recursos para producirla. Que negocia con las FARC la liberación de rehenes, sin explicar lo que se da a cambio. Que desde el primer día de Lula en la presidencia de Brasil le extendió la mano y 10 millones de barriles de petróleo para que iniciara con el pie derecho.

¿Hacia dónde va Chávez? Francamente, no lo sé. El escenario muestra que en 2013 deja la presidencia de Venezuela, pero muchas cosas pueden pasar antes. Es un hecho que la gente está harta de él, que este NO reciente fue decisivo para el planteamiento de sus nuevas estrategias (no basta con nacionalizar a todos los colombianos que necesite para conseguir votos).

Probablemente buscará conseguir su reelección (ya sería su cuarto periodo) por otra vía, quizá un autogolpe de estado o una reforma emergente por alguna “crisis de seguridad”, lo único seguro es que no vuelve a preguntarle a su pueblo y la decisión será dictatorial. Lamentablemente, nada raro para un país latinoamericano.

Miguel Ángel

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