Recuerdo que mi primer acercamiento con el arte (entiéndase pintura, escultura, instalaciones y un largo etcétera) fue cuando conocí al amor de mi vida. Ustedes no están para saberlo, pero yo si para contarlo, era un tipo con ínfulas de intelectual y muchos libros leídos. Él fue el primero en hablarme sobre la SEMEFO, un colectivo de tipos raros que trabajaban en la morgue y empezaron a jugar con la idea de la muerte. Se hicieron famosos porque expusieron una camisa llena de sangre de un hombre que murió baleado. O las pertenencias de una mujer violada y la cumbre fue cuando presentaron un carrusel de caballos muertos y un poco putrefactos.
Con eso y un poco la obsesión por el tipo en cuestión, me metí mucho al mundo de las galerías, exposiciones y ferias de arte emergente. Es decir, arte que intenta romper los parámetros de estética convencional, que buscan crear su propio mercado y coleccionistas de mente abierta.
Me hice fan de Gabriel Orozco y el grupo de los Mexican Young Artist emanados de la galería Kurimanzuto, todos ellos fanáticos del tal Demian Hirst. La forma en la que se burlaban del status quo y del arte como mercancía me parecía fabulosa, aunque claro, caían víctimas de su propia vanidad al sobrevender su obra a precios escandalosos.
El arte emergente busca romper con todas las estructuras mentales, puede ser el Dr. Lakra con sus mujeres de calendario moustrosamente tatuadas o el mismo Pancho Pantera y sus performances de sal en el ex Teresa, las Guerrilla Girls y sus mascarás de simio que escandalizan o una francesita loca que se ha hecho 25 cirugías plásticas, tan sólo para retar los canones de belleza occidental.
No todo mundo lo entiende y mucho menos lo adquiere, depende del conocimiento que se tenga del artista y de la capacidad que cada uno tengamos para relacionarnos con el arte. Yo sólo tengo un par de piezas de las que estoy muy orgullosa. Espero con ansías en próximo MACO y espero poder viajar a Madrid para ir al ARCO. Al final el arte es un de las cosas que me llenan el ¿espíritu? Y que creo nunca se van, como dice el tal Demian Hirst, el arte es cuando sales del museo y después de una semana sigues pensando en él, eso es valioso…
Con eso y un poco la obsesión por el tipo en cuestión, me metí mucho al mundo de las galerías, exposiciones y ferias de arte emergente. Es decir, arte que intenta romper los parámetros de estética convencional, que buscan crear su propio mercado y coleccionistas de mente abierta.
Me hice fan de Gabriel Orozco y el grupo de los Mexican Young Artist emanados de la galería Kurimanzuto, todos ellos fanáticos del tal Demian Hirst. La forma en la que se burlaban del status quo y del arte como mercancía me parecía fabulosa, aunque claro, caían víctimas de su propia vanidad al sobrevender su obra a precios escandalosos.
El arte emergente busca romper con todas las estructuras mentales, puede ser el Dr. Lakra con sus mujeres de calendario moustrosamente tatuadas o el mismo Pancho Pantera y sus performances de sal en el ex Teresa, las Guerrilla Girls y sus mascarás de simio que escandalizan o una francesita loca que se ha hecho 25 cirugías plásticas, tan sólo para retar los canones de belleza occidental.
No todo mundo lo entiende y mucho menos lo adquiere, depende del conocimiento que se tenga del artista y de la capacidad que cada uno tengamos para relacionarnos con el arte. Yo sólo tengo un par de piezas de las que estoy muy orgullosa. Espero con ansías en próximo MACO y espero poder viajar a Madrid para ir al ARCO. Al final el arte es un de las cosas que me llenan el ¿espíritu? Y que creo nunca se van, como dice el tal Demian Hirst, el arte es cuando sales del museo y después de una semana sigues pensando en él, eso es valioso…
Un saludo y no dejen de ir al MUCA de la UNAM a una expo de arte político de los años 70´s y 80´s.
MIAU
MIAU
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