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lunes, 2 de julio de 2007

Que no se nos olvide...

Este 2 de julio, un año después:

Que no se nos olvide que las Instituciones sólo podrán fortalecer al Estado mexicano si son fuertes organizacional y legalmente, mediante procesos habituales de mejora continua, y no sólo por acciones esporádicas que se inclinen por aparentar en vez de funcionar; que no se nos olvide que la transformación plausible del IFE durante los 90 fue únicamente parcial, que era necesario redondear las reformas, porque en 2006 lo inconcluso se tradujo en un obstáculo para el desarrollo de las elecciones.

Que no se le olvide a Luis Carlos Ugalde que simplemente no pudo, que no estuvo a la altura de un reto mayúsculo que requería personal del mismo calibre. Que no se le olvide que fue por una consigna netamente política que se convirtió en Consejero Presidente y que se distinguió además, por un pésimo manejo político frente a los partidos antes, durante y después de la elección; por un pésimo manejo mediático ante el comportamiento radicalmente opuesto del conteo del PREP y del conteo de actas final (si bien arrojaron resultados similares); y por un pésimo manejo legal, carente incluso de mero sentido común, que ante la elección más competida de la historia, se inclinara por la negación a un simple recuento de los votos, que hubiera disipado el resultado de toda duda. Por eso le urge destruir las boletas, por eso denuncia la necesidad de mayores facultades legales para el Instituto: porque lo que quiere es cubrir su ineptitud y ocultar la verdad al escrutinio público.

Que no se le olvide a Roberto Madrazo que el resultado que obtuvo no es más que el reflejo de lo que el PRI hizo por México durante los seis años del foxismo -absolutamente nada-; que el electorado nunca apreció en su persona a un político limpio, ni mucho menos a un progresista. Y que no se les olvide a los priístas que el verdadero cambio se traduce con acciones, y que Mario Marín y Ulises Ruiz son políticos que desde hace meses infestan a su partido, a su estado y a México.

Que no se le olvide a Andrés Manuel López Obrador que existió, existe y existirá un México antes, durante, y después de él; que hoy denosta a las Instituciones y Organismos públicos y privados que como Presidente hubiera jurado defender. Que no se le olvide que la democracia mexicana –que le tenía reservado un lugar histórico como luchador- es aún endeble, y que no es el primero, ni será el último, a quien le roben una elección; que entienda que, pudo haber sido un dignísimo Presidente de este país…pero simplemente no lo fue; que lo entienda ahora, antes de que el electorado -que estuvo a punto de llevarlo a la silla presidencial- lo regrese, con todo y su partido, a la paupérrima tercera fuerza electoral en 2009.

Que no se le olvide a Felipe Calderón que se hizo del poder a trompicones, mediante guerra sucia, comparaciones absurdas y mentiras; que inclusive se atrevió a amedrentar al electorado usando el miedo como su arma principal, y que fue más allá de toda moral al advertir que al país lo esperaba la bancarrota ante una eventual derrota de su causa, y que tampoco le importaron las consecuencias de la crispación social. Que no le extrañe que hoy la izquierda le voltee la espalda, a pesar de las eminentes necesidades políticas. Que no se olvide que fue también en parte a personajes obscuros -que ordenaron en su favor cargadas y tratos fraudulentos- que llegó al poder; que los círculos de esos personajes lo tienen rodeado y que para el futuro, es viable la traición. Que no se le olvide que la violencia siempre genera más violencia y que hoy gobierna para 104 millones de mexicanos, y no sólo para los 15 millones 284 mil votantes que sufragaron por él…el país así lo demanda.

Pero sobre todo, que no se nos olvide a los mexicanos que el 2 julio pasado, más allá de una elección presidencial, sirvió para tomar consciencia del atraso democrático-político-social en que estamos inmersos, y que sólo mediante el trabajo, la cooperación, la legalidad y el respeto podremos salir adelante. Que no se nos olvide que el mundo no espera, y que el tiempo apremia.

2 comentarios:

Latina Zurda dijo...

Qué barbaro tona, ahora sí estuviste a punto de sacarme hasta lágrimas!! A mi no se me olvida el 2 de julio, y no se me olvidan tampoco mis ideales y ganas de hacer algo por este país. Desgraciadamente a muchos sí se les olvida, y prefieren no voltear pa'tras, con la comodidad de hacer nada.
A un año de la elección creo que México definitivamente no estaba listo para un cambio, creo que gana más el temor, que el impetú de mejorar. Para mí el cambio sería un gobierno de izquierda, para muchos el cambio debe ser continuidad. En fin, esperemos que la izquierda haga el giro de protesta a propuesta, para que algún día, algún día, ganemos.

Gatusa dijo...

Tona!
Excelente post, tan claro, tan lucido como siempre....

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